Cuento infantil publicado en el 2012.
Cuento infantil que retoma las tradiciones mexicanas Wixáricas y la ecología para construir la historia de aventuras que, el protagonista Esteban, un niño de trece años, inicia tutelado por la lectura de antiguos manuales náuticos y astronómicos y empujado por el consejo de Caura, su amiga de doce y de ascendencia huichola (Wixárica). El recorrido inicia en el río Papaloapan, en el que una serie de mágicos eventos conduce a Esteban a hacer acopio de fortaleza y audacia, consiguiendo la sanación de uno de los vertientes naturales más contaminados de México.
El río de agua transportaba en su fluir todos los sueños peregrinos de Esteban. En el papel cuadriculado del barquillo, minuciosamente doblado, había trazado a modo de bandera el arcoíris que Diego, su hermano menor le regaló una tarde de junio; con lápices de color, escribió las palabras de la plegaria que le enseñó su madre, cuando tenía cuatro años; a modo de recital nocturno, el ritual lo había acompañado hasta este día, en que se convertía en hechicero de su propio destino: en marinero.
Como un sacerdote de la palabra, había escrito también una breve nota en la que señaló el curso que deberían seguir los acontecimientos de su vida.
A partir de ahora, cada pensamiento en su cerebro sería el motor que lo impulsara hacia una nueva aventura, un nuevo camino. Un nuevo tesoro por descubrir en tierras por conquistar.